Por David Órdenes, director de Corporación La Caleta.
Las juventudes y las niñeces nos han dado clase estos últimos años, a partir de los procesos vivimos de demandas en la EDUCACIÓN con FIN AL LUCRO, y por supuesto la REVUELTA DE OCTUBRE 2019 que marcaron cambios y demandas profundas de cambio CONSTITUCIONAL.
La raíz de un modelo neoliberal que ha comprometido la VIDA no solamente de los niños, niñas y adolescentes, sino de todo el entorno de la Madre Tierra que sustenta lo que tenemos y somos.
Durante todos estos años, La Caleta ha optado por lograr permanecer en territorios y lograr procesos de trabajo colectivo, comunitario en diversas poblaciones de Santiago y del sur de Chile.
Logro que no ha sido fácil, porque la realidad es que, en este sistema concentrado en la superficialidad de las políticas sociales, no da lugar a generar y crear espacios de mediano y largo plazo, para abrir y acercar derechos, y tampoco a restituirlos cuando las vulneraciones están presentes en contextos de tráfico, delincuencia y sobre todo desigualdad.
Los cambios tienen que pasar también, por centrar el trabajo de parte del Estado/gobiernos, en una perspectiva de enfoque de derechos que genere las condiciones para que la PROMOCIÓN DE DERECHOS se haga cotidiana y el acceso a la dinamización socio cultural, social y política se de en la base social. Así los niños, niñas y adolescentes tendrán espacios lúdicos, de acceso a la cultura, al deporte, al juego, más allá y con la escuela. Se dará en los barrios, en los pasajes y no quedará este acceso, al proyecto posible que nunca llega.
Los y las jóvenes de La Caleta, que han sido parte de años de procesos colectivos en sus poblaciones, en la actualidad están promoviendo una Campaña que se denomina MI PLANETA MIS DERECHOS y que es impulsada por Tierra de Hombres de Alemania, agencia que ha acompañado desde hace muchos años a La Caleta. Ello ha permitido dar continuidad a procesos de trabajo con niñeces y juventudes, a realizar procesos de incidencia por una ley de garantía de derechos, que aún está pendiendo; a facilitar diálogos con profesionales y educadores de municipios en la perspectiva de su rol de garantes; a realizar demandas al estado de Chile por las vulneraciones que sufren los niños y niñas de La Legua por la intervención policial y la desigualdad. Pero sobre todo a dialogar en conjunto con experiencias de Latinoamérica y seguir buscando entre todos y todas el BUEN VIVIR QUE MERECEMOS.
Algunos de estos jóvenes han animado la participación de los niños y niñas en la población Yungay en su aniversario, destacándose ALEX DANILO (17 años), como una forma dice, de “DEVOLVER LA MANO”.
Dejar una huella en los territorios, más allá de la ejecución de un proyecto es el desafío de “lo comunitario” y donde nuestro rol como profesionales sigue siendo un llamado a que “con pandemia o sin pandemia el problema es el sistema”. Por lo tanto, hay que ir más allá. Desafío que también es para La Caleta. El mejor regalo más allá de la NAVIDAD.